Reconocemos en la palabra la posibilidad de generar y habilitar nuevas formas, mundos y sentidos. No negociamos con lo dado o lo preestablecido: hacemos lo propio. Abrimos espacio ahí donde el aire no alcanza. Elegimos una palabra torpe, que se busca, que se pregunta contra la palabra certera y segura. No sabemos cómo hacerlo, pero lo hacemos igual.
No le tememos al error, le escapamos a la regla. Creamos un mundo en donde la única meta sea seguir creando. Cada paso en falso es un potencial de aprendizaje, una nueva perspectiva. Hacemos y desconfiamos de las expectativas porque lo que no alcanza está vacío.
Armamos red porque solo entre amigxs las cosas pueden salir bien y porque el éxito, para nosotras, se mide en verlos crecer, creer y crear cerca. Lxs invitamos a hacer nuevos mundos en los que podamos creer más. Bienvenidxs a la disrupción. La frustración no es una posibilidad.